Hola…
Hay alguien ahí?
He vuelto!
El jueves pasado no publiqué nada y me costó demasiado no hacerlo. No porque tuviera algo que escribirte y no quise publicar, sino por la presión que a veces nos ponemos a nosotros mismos para lograr algo. (O la presión que me pongo yo a mí misma, en este caso). Hoy quiero escribirte sobre eso. Esto va a ser corto (o eso espero).
Lo cierto es que después de mi cumpleaños tuve dos semanas de vacaciones maravillosas en las que desconecté muchísimo, conecté conmigo y re-conecté con personas que tenía tiempo sin ver, disfruté con mis amigos… en fin, que se disfrutó.
Sí es verdad que escribí y publiqué las dos semanas que estuve de vacaciones, y debo admitir que me sentía muy Carrie Bradshaw en Sex and the City… pero en vez de NY, era Clau de Letters from my Cloud (quiénejesa?) publicando desde Valencia y Barcelona. What a dream.
El punto es que al volver de las vacaciones, cuando sientes el choque con la rutina, vuelves con todo a tu trabajo corporativo y te tienes que encargar de todo lo que tienes pendiente, no has hecho el mercado de la semana y aún no has deshecho la maleta… claramente tuve un bloqueo mental jajaja. Es que la cabeza no me daba para más porque me sentía muy agotada mentalmente. No escribía ni leía para mí porque no me hallaba. En ese momento necesitaba unas “vacaciones de las vacaciones”.
En fin, no quería escribir algo solo por publicar y “cumplir”.
Simplemente decidí dejar de presionarme y darme el tiempo que necesitaba para estar más centrada de manera que pudiera escribir algo de lo cual esté contenta de compartir. A veces nos presionamos tanto y sin necesidad e incluso nos sentimos culpables por no hacer algo que nos debería hacer sentir todo lo contrario. Yo escribo porque me gusta, porque me hace sentir bien, porque siento que puedo compartir cosas bonitas por las que la gente se pueda sentir identificada y ayudar de una u otra manera (así sea a una sola persona), nadie me está pagando por hacerlo (even though that’s the dream) y realmente quiero hacerlo con la mejor intención posible siempre que tenga la oportunidad.
Y siendo muy honesta, estoy orgullosa de mí porque me planteé como un reto personal escribir algo por acá una vez a la semana y, si bien se logró por seis semanas seguidas (SEIS, OMG!!!), no pasa nada si una semana no escribo nada porque no me siento al 100%, porque quiero dar el 100% siempre. Y creo que es como debería ser con todo, no?
Entonces, mi mensaje hoy es simplemente: deja de presionarte tanto. También hay que ser un poco empáticos y flexibles con nosotros, tanto (o más) como lo somos con los demás. No pasa nada si sientes que necesitas un break, un descanso, un tiempo para ti para volver a sentirte completa y 100% funcional de nuevo. De nada vale hacer las cosas sin ganas, solo por “cumplir”. Creo que al final si damos algo desde nuestro más bajo ser, con poca energía, solo por hacerlo, vibrando bajito, eso es justo lo que vamos a transmitir; y eso se traspasa a todos los aspectos de la vida: en tus relaciones, en la familia, en el trabajo, en una reunión… Está bien si un día dices: es que hoy no me siento bien y no puedo dar lo mejor de mí, necesito un descanso. Pues dátelo, a veces los descansos también son productivos porque vas a regresar con más energía y vas a darlo todo.
No te estoy diciendo que te rindas o que dejes a un lado tus metas y las cosas que quieres hacer, porque es verdad que hay que ser constantes y disciplinados para lograr nuestros objetivos, eso está en la Biblia… pero si en realidad te sientes agotado y lo que necesitas es unos días de echarte luego del trabajo a ver el Juego del Calamar en Netflix y comerte tu pizza favorita (no es que yo haya hecho eso, para nada)… pues tienes todo el derecho de hacerlo.
Sin perder el foco, date todo el tiempo que necesites para que cuando vuelvas, lo hagas con la mejor actitud posible, dando toda tu buena energía y haciéndolo lo mejor que puedas… los breaks son siempre un buen motivo para volver con más fuerza que antes.
Si puedes tómate ese descanso para organizarte mejor (así sea mentalmente), pensar en todo lo que has logrado hasta ahora y que ese tiempo no signifique para ti que te “estás rindiendo”, sino que estás trabajando poco a poco en una mejor manera de hacer todo lo que quieres lograr. Si no puedes ni tienes cabeza para hacerlo porque te tienes que encargar de otras cosas (como me pasó a mí), pues ve Netflix & chill as long as you need to. Ve poco a poco haciendo todo lo que esté en tus manos en ese momento para irte organizando de lo más importante, date el tiempo de volver a tu tiempo y a tu ritmo.
Te mando un abrazo cargado de energía renovada y un: no te rindas que tú puedes!
- clau.
En un mundo donde hacer es sinónimo de éxito y felicidad, recordar que no hacer también es hacer es completamente necesario.
Gracias 🧡